martes, 16 de enero de 2018

Operación propagandística antirusa en un programa de viajes en Televisión Española


Comentaba en artículos anteriores que el siglo XX se enfrentó al problema creciente del poder corporativo, es decir, a la expansión de los monopolios. Esta chocó contra las ansias democráticas de unas poblaciones con necesidad de más libertad y de ser dueños del destino de sus vidas. Para paliar y finalmente acabar con estos deseos populares, las familias más ricas promovieron y se hicieron con el mando de los medios de comunicación, convirtiendo las noticias, los filmes o los programas de entretenimiento en una apología de sus intereses y en difamación de sus adversarios, distrayendo al personal de su labor de pensar y cultivarse, abandonándose a la superficialidad y consumismo promovidos. El periodista, como pueden comprender, tras venderse y perder su dignidad, se convertía en una prostituta intelectual
Hoy en día en el que las transnacionales dominan cualquier aspecto de la actividad social, desde la música al deporte, pasando claro está por lo económico y lo político, que determinan todo lo demás, no nos extraña, aunque no agrada, ver a un programa de viajes pensado para hacer la más descarada y repetitiva propaganda de tópicos, tan conocidos como falsos, sobre la Unión Soviética o Rusia. Y se hace porque estos eran y son competidores de los magnates propietarios de los medios audiovisuales, que tratarán de crear indignación y odio del público hacia sus rivales.
Lo hemos visto muy recientemente en la serie Diario de un nómada. Operación Plaza Roja, presentada por el viajero Miquel Silvestre. Coincidendio con el reciente aniversario de la Revolución Rusa de 1917, se utiliza una ruta en moto a lo largo de Europa llegando a Moscú, para tergiversar, alterar y denigrar la realidad pasada y también  presente, cuando interesa, de lo que fue la URSS y los países que la sucedieron.
Llegar a Ucrania y aprovechar para contarnos uno de los mitos de la ignorancia occidental sobre el pasado de esa nación, la imaginaria campaña de hambruna promovida por el gobierno de Stalin sobre este país, conocida como Holodomor. Cayendo en las más burdas manipulaciones emocionales de historias tan imposibles como inventadas, de gente muriendo por millones y madres matando a sus hijos.  Cuando la canallesca entra en el periodismo puede ocurrir de todo. Esto puede hacerse solo ante un televidente tan ignorante como carente de sentido común, que abunda sentado e impensante frente a los televisores.
Si quieren conocer con cierta sensatez esta campaña de Holodomor, promovida originariamente  por los dirigentes nazis para justificar una deseada invasión a Rusia y que posteriormente se utilizó en los Estados Unidos, como hoy se hace en todo el mundo de nuevo, para que los trabajadores occidentales odiasen a esos sistemas políticos que distribuían los bienes de producción entre todos y no en unas pocas egoístas manos, mediante la colectivización. A los que se asociaba con matanzas, penurias y otros horrores. Es decir, al trabajador se le hacía y hace odiar a quien defendía realmente su bienestar y abrazar al que es comúnmente  su verdadero enemigo, que lo explotará y abandonará sin escrúpulos a su suerte cuando no le covenga. Todas estas patrañas que se nos narra en una escenificación teatral bien pensada para llegar a los incautos, fue desmentida ya en los años 30 del pasado siglo por verdaderos reporteros del mismo Estados Unidos. Hoy, casi un siglo después, vuelven las entonces desmontadas falsificaciones, aprovechando el desguace cultural e intelectual de nuestro tiempo. Fue entonces, como en estos momentos, una manipulación emocional de la prensa
Ante esta falta de ética de los productores y divulgadores de este tipo de programas de consumo rápido e irreflexivo, ustedes tienen precisamente esto, la serenidad, sensatez y reflexión que pueden hacer para dilucidar lo que tiene calidad de lo que no y lo que es cierto de lo que no lo es.
El lugar de la verdad no es la simple proposición, sino la argumentación, cuya concatenación y coherencia hay que averiguar. Esta tesis y esta advertencia de Hegel son todavía más pertinentes en la época actual, cuando la verdad, más que una proposición simple y elemental, se reduce a una percepción que pretende ser inmediata e incontrovertible, pero en realidad es provocada por una imagen hábilmente manipulada o por lo menos seleccionada cuidadosamente con un fin. 1
El abuso de las emociones es moneda corriente y se emplea con fines políticos y económicos bastante turbios.
El mal de Silvestre y compañía no solo está en mentir sobre el pasado de Ucrania, también en hacerlo sobre su presente, ocultando la vuelta del fascismo a Ucrania y haciéndolo pasar como un triunfo de la democracia. La violencia existente se carga contra la policía, incluso se deja caer que fueron ellos los francotiradores  responsables de los disparos contra civiles,  cuando la realidad fue la contraria. La violencia venía de manifestantes nazis muy agresivos y es bien conocido, ya desde 2014, que los asesinos estaban a sueldo de la oposición y de potencias extranjeras, lo reconocían hasta el titular de Exteriores de Estonia Urmas Paet y la Jefa de la Diplomacia de la Unión Europea Catherine Ashton.


Lo que fue el Euromaidán no es lo que nos contaba una suplicante y embustera Yulia. Los hechos no eran nada similares y se mostraban una y otra vez a pesar que las organizaciones mediáticas los intentasen maquillar u ocultar.


El motero Miquel Silvestre estuvo en Odessa, pero pasó de largo ante una de las más horribles masacres en Europa y la más documentada, perpetrada allí en mayo de 2014.


No se dejen engañar por todos estos tramposos de la comunicación que se aprovechan del desconocimiento y la buena intención, pese a que ya prácticamente no exista el periodismo serio, el decente, no dejando lugar ni espacio para el análisis racional, ético y riguroso, porque no les conviene, ya que los descubre.
Estamos en presencia de una técnica de manipulación que "limita gravemente la libertad de elección de los espectadores"; "los espacios para el análisis racional se reducen al máximo, sobre todo explotando el efecto emotivo de la rápida sucesión de imágenes" (Dotori, 2011, pp. 43-44). 2
En esta explotación amoral continúan, hasta utilizando programas de viajes, haciendo odiar y entrar en ira contra  otras personas como usted y como yo. Que no les confundan, no caigan en la trampa.

PS:
Silvestre arremete con inusitado descaro e ignorancia contra el comunismo y Rusia. Se entiende si tiene de apoyo a BMW, que estuvo muy ligada a los nazis. Todo se explica.



Referencias-Notas:
1. Domenico Losurdo. La izquierda ausente. El Viejo Topo. 2014. p.110.
2. D. Losurdo. p.112.

1 comentario:

  1. Artículos como el presente se hacen imprescindibles, para que en medio de tanta inmundicia propagandística, uno pueda tener los datos mínimos, para ejercer la libertad de opinión y pensamiento, que lo distancie del ser humano-mercancia en la que intentan transformarnos.
    Decía Chesterton que el capitalismo es una conspiración de cretinos, y estos cipayos "asilvestrados" son incapaces de reconocer una evidencia, aunque ésta, les esté sodomizando. La evidencia es que el verdadero Holomodor, la auténtica vida de nosotros, es bajo el que viven hoy los ucranianos. Ucranía ha perdido una población de 20 millones de habitantes desde que abrazó el capitalismo. El censo ucraniano no dejó de crecer, como su PIB, mientras pertenía a la ex URSS. Lo mismo que la Rusia capitalista, cuya población no ha dejado de menguar, pese a la inmigración.
    Quién conozca la composición del suelo ucraniano, sabe que si ya es dificil de ocultar un contingente numeroso de cuerpos humanos, como se demostró con la cantidad de cuerpos humanos apiñados, cuando liberaron los campos de concentración, pese a la "eficiencia" de la máquina de exterminio nazi. Mucho más dificil es la ocultación en estás tierras, donde un pequeño grupo de cuerpos enterrados, alteraría significativamente la geometría del suelo.
    Ni se molestaron en leer la historía, dado que a Galicia y tierras húngaras y de otros pueblos que conforman el oeste de Ucrania, los comisarios comunistas les cedieron las tierras rusas de Odessa, Kharkov etc. ricas en minerales, para nutrir la nueva industria que crearon en Ucrania. O sea, que la misma Ucrania, o casi, que hoy sufre un golpe de estado, es en sí, un agasajo solidario de los comunistas.
    Pero...que se puede pedir?, a estos pogre-fascistas, que hacen suya la propaganda anti-bolchevique nazi, que transcurrida la guerra, hicieron suya los imperialistas. Quizás en el futuro, cuando estos "bustos parlantes" homónidos, sean sustituidos por robots, la inmensa cantidad de información que atesoren, lleve a esas maquinas adquirir una conciencia propia, que estos propagandistas, nunca tendrán.
    Saludos, y muy agradecido por el artículo.

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