miércoles, 25 de junio de 2014

Lecciones de economía desde Venezuela

Este mensaje que aparece en la imagen, como mensaje real y no deformado, no lo verán en los medios de comunicación, pues habla de un mundo realmente  posible y claramente mejor.

Si miramos a la historia de prácticamente cualquier país encontraremos sabias lecciones en muy diferentes ámbitos: sociales, políticos, culturales, económicos..., que nos enseñarán a comprender cómo fue el pasado y cómo es el presente, y no solo en ese país concreto.
Venezuela es especialmente interesante en este aspecto, porque ha pasado relativamente recientemente en el tiempo, en el año 1999, de ser un lugar donde se gobernaba y se trabajaba para una minoría acaudalada, a otro donde la economía se enfocó de cara al conjunto de la población, más en concreto de cara a la mayoría de los venezolanos que vivían en una situación de marginación económica y política.
Ya en un primer artículo que escribí, donde hablaba sobre la hipocresía de los medios de comunicación occidentales en relación a su silencio ante la gran miseria que reinaba en Venezuela antes de la llegada de Hugo Chávez, exponía cómo esos mismos medios, que son defensores a ultranza de las clases más privilegiadas y enemigos acérrimos de las clases populares, deformaban la realidad económica, enfocándola solo en función de ese escaso sector rico de la sociedad y no mirando al conjunto de los habitantes que la componen.
Los indicadores monetarios favorables y lo que se ha descrito como "la posición privilegiada de Venezuela", no obstante, enmascaran y oscurecen la cruda realidad: el drama interno de la pobreza rural y urbana, la desnutrición infantil y el desaliento de grandes sectores de la población. Las formalizaciones parciales del economista liberal excluyen de manera conveniente esta realidad de su modelo interpretativo... 1
Ahora, no obstante, alguien seguro que les dirá que entonces, antes de los gobiernos de Chávez, Venezuela ya era dueña de su petróleo, que el Estado lo controlaba, y lo hacía para el beneficio de todos los venezolanos. Bien, esto en parte es cierto, el Estado venezolano sí que controló el petróleo, sin embargo, no es verdad que esto fuese en beneficio de todos los venezolanos y para todos los venezolanos.
 Aún cuando "el petróleo es nuestro" y es controlado por el Estado Venezolano, los ingresos del petróleo se reciclan desde la bolsa del Estado a través de los distintos fondos de inversión de éste, hacia el sector bancario y financiero; y de nuevo a manos de la clase capitalista cuyos intereses eran, paradójicamente, el objeto formal de la nacionalización. 1
Añadido el hecho de que el Estado actúaba como el financiador y el que asumía el riesgo, y el capital privado, como las transnacionales, era el que se llevaba el beneficio.
 Vale decir, la clase empresarial es la beneficiaría de la nacionalización de la industria petrolera. El "nuevo orden institucional", las disposiciones crediticias y los subsidios e incentivos directos al sector fabril, etc., constituyen la mecánica que permite a la clase capitalista nacional, disponer de los ingresos financieros del Estado. Además, la fórmula de "empresas mixtas" en petroquímica y siderurgia, o lo que algunos observadores denominan "la pentagonización", permite a las empresas multinacionales "participar" en condiciones muy favorables, siendo el Estado el que asume "el factor riesgo" y provee la mayor parte del financiamiento. 1
Entonces, en los años 70 del siglo pasado, también se ponía como ejemplo el crecimiento económico de Brasil. Claro, crecimiento espectacular para unos, pero estancamiento, cuando no retroceso, para otros, la mayor parte de los brasileños. Olvidando contundentes y trágicas realidades sociales.
 Casi la mitad de la población de Brasil es analfabeta y un niño de cada dos entre los 7 y 14 años se encuentra completamente marginado del sistema educativo. En el Noreste, la mortalidad infantil es la más alta de toda Sud América y la esperanza de vida al nacer es de 30 años. En los diez años de desarrollismo brasileño y a una tasa de crecimiento anual del 8 al 10 por ciento, al poder adquisitivo de los grupos de menores ingresos ha disminuido en casi un 40 por ciento. 1
Estas trágicas realidades sociales siempre se han olvidado en América Latina y en cualquier otro lugar del mundo. Nuestros medios de comunicación se empiezan a preocupar por una nación cuando su clase dirigente empieza a perder privilegios y sus clases mucho menos favorecidas comienzan a vivir con un poco más de dignidad. Por tanto, qué papel tan sucio, tan ruin el que desempeñan los medios de comunicación corporativos.
Especialmente interesante es que nos fijemos en el desempleo, y también en la calidad del empleo que se da, para ver cómo actúa el poder económico y cómo juega con ellos. Miremos otra vez a los años 70.
En Venezuela; el 16% de la fuerza de trabajo (de acuerdo a estadísticas oficiales) está sin empleo y más de una tercera parte de la Fuerza de Trabajo, percibe "ingresos" por debajo del salario mínimo oficial. En los últimos años, paradójica y precisamente durante los años favorables de "bonanza financiera", se ha incrementado el desempleo; y la capacidad de absorción de mano de obra por parte del sector industrial ha decrecido. 1
El tanto por ciento de personas con falta de trabajo era muy alto, puede compararse con el que había en 2013, de un 5,6 %, o en 2012, de un 5,9 %, cuando estaba Chávez. Además, el salario mínimo pasó de ser 9 bolívares en 1993 a, por ejemplo, 3004,52 en agosto de 2012. 2 Ahora está, con la nueva subida de Maduro, en 4.251,78, más alto que el de España, y teniendo en cuenta que en Venezuela los precios son bastante más accesibles, especialmente con las ayudas a familias desfavorecidas. 3
Ya sé que habrá quien nos quiera recordar la inflación, que según cuentan los medios de comunicación se ha disparado con los gobiernos de Chávez. Pero esto no es cierto, si comparamos diferentes periodos de gobierno, resulta que es precisamente en la época de Chávez donde la inflación fue bastante más baja. Y eso que este presidente sufrió un golpe de Estado junto a paros y sabotajes patronales. Así,  tenemos:

Carlos Andrés Pérez, de 1989-1993: 45,3 % (promedio de la inflación)
Rafael Caldera, 1994-1998: 59,6 %.
Hugo Chávez: 1999-agosto 2012: 21,9 % 2

Ahora vean las grandes mentiras que les contaron en radio, prensa y televisión y compárenla con lo que hubo antes y como esto se corrigió claramente en un sentido positivo después, a casi la tercera parte que en la presidencia anterior. Y eso mejorando enormemente las condiciones económicas de los venezolanos y reduciendo drásticamente la pobreza. Así, se redujo la extrema pobreza en Venezuela de 1998 a 2011 en un 59%. 2
Volviendo al tema del desempleo, el que este sea alto y no quiera ser rebajado siquiera en tiempos de bonanza es debido a que constituye una herramienta de control y presión sobre los trabajadores, de modo que el miedo a perder el puesto de trabajo los hace más sumisos, consiguiendo de esta forma reducir y empeorar sus condiciones salariales.

Como se exponía  ya por parte de Eduardo Galeano, de una forma tan clara como dramática, en el primer artículo que escribí sobre la situación de desigualdad extrema en Venezuela, donde el lujo y la miseria compartían país pero no territorio:
En las laderas de los cerros [de Caracas], más de medio millón de olvidados contempla, desde sus chozas armadas de basura, el derroche ajeno. 4
Tal situación disparatada continuó hasta que el presidente Chávez, odiado por la clase opulenta por preocuparse de los más pobres, le puso buen remedio. El despilfarro de los caprichosos adinerados delante de la miseria de la población tuvo coto. Vean lo que era su tendencia ascendente.
Mientras que los indicadores financieros, el consumo de champagne, y de las mejores marcas de whisky importado, la adquisición de automóviles Mercedes Benz y avionetas privadas (sin mencionar los viajes de fin de semana a Miami) muestran indudablemente una tendencia ascendente que bate "nuevos récords" y que son característicos de un "sano" proceso de crecimiento y de un dinámico mercado consumidor; la mortalidad infantil y la frecuencia de desnutrición, también exhiben un movimiento ascendente indicativo... 1
Y con este aberrante comportamiento de los poderosos de la economía les dejo hasta un nuevo capítulo, si ustedes tienen a bien. Y así podamos continuar aprendiendo esas interesantes e importantes lecciones que nos enseña la historia de ese bello país llamado Venezuela. 


Referencias-Notas:
1. Michel Chossudovsky. La miseria en Venezuela. 1976. Enlace
2. Juan Torres López. La Venezuela bolivariana en datos y no en juicios de valor. Ganas de escribir, 7.03.2013.
3. El salario mínimo en Venezuela ya supera al de España. Tercera Información. 2.05.2014.
4. Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI. 2008.




2 comentarios:

  1. He visitado Venezuela (2006) para escalar su cumbre más elevada y no ví ningún niño abandonado ni mendigando. La gente es buena y solidaria. Mi esposa se puso enferma y detuvieron el autobús y la gente nos ayudó. Los hoteles son limpios y confortables. Estuvimos seis días en las zonas más "inseguras" de Caracas, caminando por los barrios, saliendo de noche, y nadie nos molestó. La policía me pareció bastante profesional. Creo que hay una campaña mundial de propaganda contra Venezuela y la prueba es que ese país no aparece en los folletos turísticos de algunos operadores. Yo no hablaría ni de marxismo ni comunismo ni nada parecido. Chávez era muy católico. Simplemente logró implementar un reparto de la riqueza petrolera y adjudicó cuatro millones de cédulas de identidad a la gente marginal que vive en los "ranchitos", o sea, que Chávez los hizo ciudadanos ya que antes esa gente sencillamente no existía, no podía reclamar nada y ni siquiera podían votar. ¡Chávez, qué gran persona!

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    1. Sí, Chávez fue un gran presidente y un gran tipo, con unos resultados demoledores.
      Él abrió la puerta hacia el socialismo, en manos de sus seguidores está el ir hacia adelante o quedarse parados y perder lo conseguido. Porque la clase opulenta no se va a estar precisamente quieta, como estamos viendo.

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