lunes, 11 de febrero de 2013

La manipulación emocional de la prensa: el genocidio en Ucrania


Portada del Chicago American del 25 de febrero de 1935

La prensa, el medio de comunicación que se difunde de forma impresa, ha solido tener y sigue teniendo cierto prestigio y aceptación entre la población, y en este aspecto parece no importar demasiado el país donde nos encontremos. No obstante, deberíamos hacernos la pregunta de a qué debe su prestigio: ¿a que se ha valorado mucho lo que aparecía por escrito debido a que la población hasta fechas recientes no era muy letrada?, ¿a que habitualmente el poder se ha expresado a través de este medio? Puede que esas sean las causas principales de su supuesto prestigio. Lo que sí me atrevería a decir es que su fama no se debe ni a su rigor, ni tampoco a su honestidad, si no vean lo que en cada momento ha dicho la prensa sobre acontecimientos políticos o económicos y lo que luego el tiempo ha demostrado. Recientemente les exponía la visión parcial, interesada y falsa que dieron los medios de comunicación españoles sobre la  guerra en Yugoslavia, (1),(2) como también lo hicieron más recientemente todavía sobre el ataque a Libia o el que está realizando ahora el poder económico occidental a través de ejércitos mercenarios en Siria. (3), (4) Esta tradición de manipulación, tergiversación o falsificación de la realidad en función de intereses políticos y económicos es larga, tan larga como la historia de la prensa. Ante esto cabría preguntarse también: ¿Hasta cuándo va durar este engaño mortífero y enormemente dañino?, ¿hasta cuándo la gente se va a dejar engañar otra vez de una forma tan infantil y con unas consecuencias tan terribles? ¿Cuándo aprenderá la gente de la historia?, incluso de su propia historia personal, porque los casos que les he comentado: Yugoslavia, Libia o Siria, son muy recientes y los hemos visto prácticamente todos, y prácticamente todos o casi todos hemos caído en las mismas mentiras, en los mismos engaños. Engaños, no olvidemos, que causan mucho daño, mucho sufrimiento y muchas muertes a otras personas. No somos inocentes tampoco en este juego, aunque no seamos los principales responsables, ya que si nos hubiésemos opuesto a esas mentiras y las hubiésemos denunciado o al menos no hubiésemos creído aquello que no mostraba unas evidencias demostradas, todos o prácticamente todos esos sucesos horribles y terribles no hubiesen sucedido o por los menos se hubiesen finalmente detenido. 
Escrito este preámbulo con el propósito de que el lector sea más consciente y se sienta más identificado con  los hechos que voy a relatar, que corresponden a hace ya casi un siglo, a los años 30 del siglo XX, procedo a describir que ocurrió allí, en Ucrania y también en América, en Estados Unidos, en aquella época.
El periódico Chicago American titulaba su portada del 25 de febrero de 1935 (portada que aparece en el encabezado): "Seis millones perecen en hambruna soviética", indicando que el reportero había arriesgado su vida para conseguir las fotografías que mostraban la hambruna. Las imágenes en esa portada impactaban: mujeres que tenían que mendigar para recoger pepitas o semillas del suelo para alimentarse, caballos esqueléticos yaciendo en el suelo e indicando que los soviets no les dejaron ni siquiera tomar paja para alimentarlos o niños huérfanos y desamparados porque habían matado a sus padres. Los subtítulos de las  fotografías eran los siguientes:
Como aves de corral en el patio de un granero, dos campesinas recogen semillas de grano en la siembra. Deben hacer esto para mantenerse vivas en una tierra de riqueza -Ucrania- donde 6.000.000 millones de niños, mujeres y hombres han muerto de hambre. A las mujeres se les permite, como un gran privilegio, recoger las semillas [foto superior izquierda de la portada] (5) 
Los bellos purasangres rusos, conocidos en todo el mundo, son usados ahora en la agricultura. Los animales, necesitados en cada granja, están muriendo por millones de hambre. Diez millones  murieron en unos pocos años. Aquí un caballo está muerto; otro está demasiado débil para mantenerse en pie. Los campesinos mendigando para salvar su ganado son expulsados por los soldados armados. [foto superior derecha]. (5) 
En este artículo describiendo la hambruna impuesta en Ucrania, Thomas Walker informa de haber encontrado a este niño campesino ruso junto a su padre muerto y llorando amargamente. El padre había sido  muerto de un disparo por acercarse demasiado cerca a un lugar prohibido mientras estaban recogiendo grano de trigo esparcido por el suelo. Ahora el niño debe vagar solo, casi con seguridad para morir.[foto central] (5)
Y siguen las descripciones de las fotografías, acompañadas de artículos en el interior del diario, culpabilizando a los soviéticos de una hambruna provocada a propósito en Ucrania. (6)
En otros diarios tenemos también imágenes y descripciones igualmente terroríficas. El New York Journal, el 25 de febrero de 1935 titulaba: "A las víctimas de la hambruna soviética les roban el calzado después de muertas", ese mismo diario el 27 de febrero: "Los soviéticos matan de hambre a los campesinos como castigo". El Chicago American el 3 de marzo de 1936: "Los campesinos en Ucrania están siendo exterminados" o el 4 de marzo: "Hambre, desesperación, muerte en la agonía de Ucrania".


El New York Journal, el 27 de febrero de 1935

Esta campaña mediática perseguía demonizar al gobierno soviético, desacreditarlo mostrando supuestamente unas evidencias incontestables de sus horribles actos, de su terrible política, acompañadas incluso con contundentes imágenes de los sucesos. No obstante, hubo periodistas, que haciendo honor a su profesión, decidieron comprobar con evidencias lo que se contaba que ocurría en Ucrania. Fue el caso del escritor Louis Fischer, que se puso a investigar lo que el reportero Thomas Walker indicaba. Así, descubrió que lo que decía Walker sobre su fecha de entrada en la Unión Soviética no era cierto, ya que este informó que fue en primavera de 1934, pero recibió la visa de tránsito el 29 de septiembre de ese año y entró al país, a través de Polonia, el 12 de octubre. Es más, llegó a Moscú el 13 de octubre, donde permaneció hasta el día 18, después tomó el transiberiano que lo llevó a la frontera con Manchuria el 25 de octubre, su último día en territorio soviético. Por tanto, Walker no podía haber "visto", "andado a lo largo", "visitado" o "fotografiado" Ucrania según indicaba. Fischer descubre también que las fotografías son en realidad de una hambruna que ocurrió años antes, a comienzo de los años 20, después de la revolución y cuando las potencias extranjeras, entre ellas Estados Unidos o Gran Bretaña, enviaron ejércitos y armas para destruir al país comunista. Ellos causaron en gran medida ese mal, pero esto no lo contaría Walker. También comprueba que hay fotos de la Primera Guerra Mundial. Sigue comentando Fischer:
Las fotografías de Mr. Walker pudieron ser fácilmente datadas como de la hambruna del Volga en 1921. Muchas de ellas podían haber sido tomadas fuera de la Unión Soviética. Fueron tomadas en diferentes estaciones del año. [la supuesta visita de Walker fue en primavera].
La verdad es que la cosecha soviética de 1933, incluyendo la cosecha de la soviética Ucrania, en contraste con la de 1932, fue excelente, las tasas de  recaudación de grano fueron moderadas [en relación a lo que tomaba el gobierno soviético]; y por consiguiente las condiciones, incluso aquellas que remotamente se pareciesen a lo  que Mr. Walker describe, no pudieron ocurrir en la primavera de 1934, y no ocurrieron.(6)
El motivo de tal desinformación, de tal campaña antisoviética, no era solo dañar a ese nuevo país, sino, como señala el propio Fischer, desacreditar al comunismo u otros movimientos como el socialista, ya que en Estados Unidos estaban en los años de la crisis económica y por el contrario en la Unión Soviética estaba ocurriendo un importante desarrollo económico y social. 
Mr. Hearst, naturalmente no pone ninguna objeción si sus periódicos echan a perder las relaciones soviético-americanas y anima a las naciones extranjeras con intenciones militares hostiles hacia la Unión Soviética. Pero su objetivo real es el movimiento radical americano. Estos artículos de Walker son parte de la campaña antirroja de Hearts. Él sabe que el gran progreso económico llevado a cabo por la Unión Soviética desde 1929, cuando el mundo capitalista cayó en depresión, proporciona a los grupos de izquierda aliento espiritual y fe. Mr. Hearst quiere quitarles ese aliento y fe mostrando una imagen de ruina y muerte en la Unión Soviética. (6)
Tengan presente todo esto, porque en los tiempos actuales, en que también se han destruido alternativas al neoliberalismo, como era Yugoslavia, como era Libia y su idea de formar una mercado africano con moneda propia, o como lo es Sudamérica con sus proyectos en Venezuela, Bolivia o Ecuador, esta nueva propaganda de manipulación emocional de las personas sigue muy presente y la volverán a ver.
Además, cabe decir que el origen de esta propaganda antisoviética vino de la Alemania nazi, que tenía simpatías  y apoyos en los terratenientes de Ucrania, como también los tenían en la propia Norteamérica, era el caso de Hearts, propietario de los periódicos. La Alemania nazi buscaba un pretexto, un motivo "humanitario" para poder invadir Ucrania, y más tarde Rusia, como así ocurrió.
Esto que he comentado no quiere decir que en los años 1932-33 no existiese escasez y hambre en Ucrania, pero como existieron en otras partes de Rusia también, como en el Cáucaso, o como la hubo también en los Estados Unidos, tras la gran depresión, esta fue mayor que la de Ucrania.(7) Lo que no hubo fue un genocidio. Las causas de la escasez fueron varias: la inexperiencia y mala gestión del gobierno soviético, aspectos climáticos y especialmente el sabotaje de los terratenientes  al proyecto de colectivización. Los terratenientes ucranianos estaban ligados en gran medida al fascismo que se extendía por Europa entonces.(8)
Alguno de ustedes puede pensar cómo alguien pudo creer todo esto, bien, entonces piensen ustedes, como les decía, cómo hemos creído cosas tanto o más exageradas en los casos que les he dicho: en el de Yugoslavia, Libia o Siria.  Es más, esta historia, la del supuesto genocidio ucraniano, volvió otra vez en los años 80, en la época de Reagan, entonces se volvió a la campaña de falsificación. Harvard publicó un libro, Cosecha de pesar, de Robert Conquest, y también se produjo y se galardonó a un filme, Cosecha de desesperación.Todo ello con el  objetivo de justificar de algún modo la actuación criminal que estaba teniendo la administración Reagan a lo largo del mundo, por ejemplo en América Central.  También se recuperó este mito por parte de nacionalistas ucranianos que colaboraron con el régimen nazi y por parte de seguidores de ellos en la nueva Ucrania con el propósito de ocultar su ideario y su pasado.(9)
Puede que piensen que el periodismo entonces no era de muy buena calidad, sin embargo, en esto se equivocarían también, porque el caso de Louis Fischer difícilmente lo podremos ver en la prensa de hoy; mucho más concentrada bajo menos manos y mucho menos independiente del poder económico que entonces. En esto, como en tantas cosas, el periodismo ha ido a peor. Aunque también es cierto que los periodistas independientes, los investigadores reales, los periodistas de verdad, existen, pocos pero existen, los encontrarán en internet, en medios alternativos, no en los medios corporativos.
Y un apunte final, tengan cuidado con la manipulación emocional que llevan a cabo los medios de comunicación. No se dejen enredar, no se dejen arrastrar, no caigan en sus trampas. Ya han hecho mucho daño, demasiado. Aprendan de las lecciones del pasado y recuerden que quien les ha mentido ya varias veces lo volverá a hacer. Y no crean en algo que no esté sustentado por pruebas, por evidencias comprobadas. No es tan difícil, recuerden que en el fondo depende de ustedes y hoy tienen medios, instrumentos y también información buena si quieren. Búsquenla, sean activos, sean críticos, sean ustedes mismos, no lo que otros quieran que sean o hagan. No se dejen utilizar, no se dejen manipular tan fácilmente.

Mikel Itulain.
http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/

De interés: 

Holodomor: fascist líes.

Notas:
(1) Mikel Itulain. El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte I. Enlace
(2) Mikel Itulain. El periodismo español en la guerra de Yugoslavia. Parte II.Enlace
(3) Mikel Itulain. Los medios de comunicación y la guerra en Libia. Enlace
(4) Mikel Itulain. Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria.
(5) Chicago American. Monday February 25, 1935.
(6) Louis Fischer. The Nation. March 13, 1995.
(7) Yulia Alekhina. En los años 30 la verdadera hambruna tuvo lugar en los Estados Unidos y no en la URSS. Rebelión, 27.8.2009.
(8)Douglas Tottle. Fraud, famine and fascism. The Ukranian Genocide Myth from Hitler to Harvard. Progress Books. Toronto. 1987. 
(9)A. Mayevski. Reviving fascism in Ukraine by the present regime. 


Recomiendo especialmente la siguiente obra donde se describe de forma más detallada y ampliada esta historia:


Douglas Tottle. Fraud, famine and fascism. The Ukranian Genocide Myth from Hitler to Harvard. Progress Books. Toronto. 1987. 

Para las imágenes de la prensa de aquella época les recomiendo este enlace:

The "Thomas Walker" conspiracy photos. Enlace

Publicado el 11.2.13

2 comentarios:

  1. La invención del holodomor ucraniano es una mas de la sarta de mentiras que los periodistas norteamericanos y alemanes (en un principio, aunque luego lo harian todos los paises sometidos al IV Reich con capital en Washington) lanzarian contra la URSS para destruir lo que fue y sigue siendo la mayor pesadilla de los mafiosos capitalistas: que los obreros tomen el poder y les obliguen a ponerse a trabajar.
    Saludos

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    1. Las mentiras sobre un supuesto genocidio continúan hoy, ver por ejemplo los desvaríos de la Wikipedia. El objetivo es el que señalas, el miedo a que la gente empiece a pensar de una vez que esto del capitalismo es un fraude. Yo, como dije, no soy comunista, pero no hay más que ver cómo vivían hace años en Yugoslavia, Hungría, Rumania o Bulgaria y como viven hoy. Han ido a peor, a mucho peor.
      Saludos.

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